Me aproximo… ahí está él de nuevo… puedo oirle agonizar… ¡por dios! ¡¡debo hacer algo!! ¡¡¡¡¡YA SÉ!!!!! usaré mi reproductor emepé4. Ajústatelo fuerte dentro del oído… más, más fuerte. Ya está. Ya no le oigo… ¡¡MIERDA!! puedo ver sus labios moverse… puedo “oir en sus labios” como me dice con voz apagada una y otra vez… “por favor, una limosna, por caridad”. Tengo que actuar, esto no puede continuar así un día tras otro… usaré mi mejor arma… mi teléfono con pantalla táctil y cámara de 5 megapíxeles, haré como que saco una foto a la gorda del otro lado de la calle, con disimulo, como si no le hubiera visto todo este rato…………….. entro en mi cuarto. Mi trabajo me costó. Ya estoy a salvo. Enciendo mi ordenador. ¡Qué calentito estoy aquí! Voy a poner el “internet”, a ver que cuentan hoy… moriría si me perdiera hoy mi ración… ¡¡¡OH NO!!!! ¿¿¿Qúe ha ocurrido??? ¡Rápido! debo activar mi cuenta paypal, le agregaré los ahorros de la semana si hace falta, lo que sea… debo ser generoso con el prójimo, y sobre todo…, sobre todo debo ser… ¡SOLIDARIO!. Sí!!….. Eso!!!….. debo ser solidario… porque no podría vivir con la conciencia manchada por haber sido tan tacaño con mis principios…
Este mini-relato es el sueño que tuve anoche, con el que me he despertado (totalmente desconcertado) esta mañana. Quería haberlo metido en mi Twitter, pero solo me permitía 140 caracteres, y no estaba dispuesto a partirlo en trozos.
Un saludo de David.
